Tango

Se dice que el tango se baila “escuchando el cuerpo del otro”. Para eso es muy importante tanto el abrazo apretado de la pareja mirando hacia el mismo lado, como caminar apoyado sobre la planta delantera de los pies. Esto es lo que hace que el tango sea una danza tan sensual.
En el tango la pareja debe realizar figuras, pausas y movimientos improvisados, llamados cortes, quebradas y firuletes, sin soltarse.
Hay teorías que remites a sus raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Todavía esta en discusión el lugar exacto en el que el tango como baile tuvo su origen. En Argentina la hipótesis con más fuerza es la que dice que el tango nació en los arrabales de Buenos Aires. Se dice que allí, la coreografía manguera nació de forma espontánea, en burla a los negros que bailaban candombe. Se dice también que en un principio el tango era bailado solo por hombres, que esperaban en las puertas de los prostíbulos y acompañados con la música se ponían a bailar.
También existe una teoría que dice que el tango comenzó a bailarse de manera individual, por gauchos y compadritos, quienes bailaban en una esquina, y demostraban a sus amigos, o a las mujeres que querían conquistar, sus habilidades para el corte y la quebrada.
Cuando el tango comenzó a ser bailado entre hombres y mujeres, fue prohibido por incitación a la lujuria, la gente se vio obligada a bailarlo en lugares ocultos hasta principios del siglo XX. Era concebido como “vulgar” por los estratos más conservadores y marginado socialmente por buscar sexualidad y placer.
Fue entrado en el siglo XX cuando el tango triunfo en clubes nocturnos de Paris, y en otros países latinoamericanos y luego en Nueva York, donde lo introdujeron bailarines de las clases altas que por esnobismo solían frecuentar sitios donde se practicaba en Buenos Aires.
Se distingue actualmente entre tango de escenario y el tango de salón, o de pista. Este último es el que bailan los tangueros no profesionales.